Cuando nos planteemos
iniciar un programa de promoción de la salud en el trabajo, la primera pregunta
que debemos hacernos es si la empresa está preparada par la misma.
Cinco son los puntos que
debemos considerar:
PRIMERO: ¿Cumple con sus obligaciones en PRL?
Este punto lo vimos en el
post anterior: REQUISITOS PREVIOS
SEGUNDO: ¿Dispone de recursos para llevarlas a
cabo?
Se deben analizar tres
tipos de recursos: los humanos, los materiales y los económicos. La mayoría de
las veces no es necesario un presupuesto elevado. Muchas intervenciones en
promoción de la salud sólo requieren de un tiempo de dedicación por parte de
algunos trabajadores de la empresa y de un espacio donde llevarlos a cabo.
Otras pueden beneficiarse de fuentes o proveedores externos de recursos (como
subvenciones o asesoramiento, formación y materiales gratuitos).
TERCERO: ¿La dirección y los trabajadores me
apoyarían?
Hemos de conocer los
intereses y necesidades tanto de la empresa como de los trabajadores y saber
qué valor asigna cada colectivo a la salud. Es importante conocer la cultura de
la organización, los valores y
estándares que guían la forma en que interactúan las personas entre sí tanto en
la organización como fuera de ella.
CUARTO: ¿La empresa REACCIONA o ANTICIPA?
En general, las empresas
que anticipan los problemas en las distintas áreas de actuación son más
sensibles al discurso de la promoción de la salud en el trabajo.
QUINTO: ¿Es una empresa que aprende y se adapta?
La empresa que aprende es
una empresa que desea crecer, experimentar, que se transforma constantemente, usa
la formación para conseguir sus objetivos y promueve el diálogo.
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